Para especificar aún más de que estoy hablando, utilizaré la definición de Tom O'Leary de ofrecer una disculpa como “tomar la responsabilidad de cualquier disturbio en una relación.”
Confieso sin reservas, que en mis 23 años de carrera administrativa cometí muchos errores.
Posiblemente en su carrera también usted ha cometido algunos.
Como por ejemplo:
- Tener personas favoritas, dar mayores oportunidades a las personas de nuestro equipo que nos caen bien.
- Decidir acerca de una situación antes de conocer todas los hechos.
- Tomarnos el crédito de una idea que fue originalmente pensada por otro miembro del equipo.
- Llamarle la atención a un empleado en una reunión.
- Cambiar las fechas límites, trastornando la planeación de todos los demás.
- No escuchar justamente a quienes piensan diferente.
- No comprender las necesidades personales de los colegas.
¿Le suena familiar?
Bueno, entonces ¿cómo repararemos el daño causado y recuperaremos la credibilidad que hemos perdido?
La respuesta no es muy compleja.
Solamente debe estar dispuesto a decir que cometió un error y ofrecer sus disculpas - unas que sean realmente sinceras.
Yo sé que disculparse no es para nada popular.
Note estos comentarios tan frecuentes:
- “El es autosuficiente.”
- “Él hace todo a su manera.”
- “Ella es cabeza dura, pero es su naturaleza.”
- “Cuando a ella se le mete algo en la cabeza, no hay nada que la haga cambiar de opinión.”
En verdad ese nivel de orgullo y terquedad es desafortunado, debido a que ofrecer una disculpa genuina, surgida el corazón obra maravillas.
Entre ellas:
- Usted previene una futura hostilidad.
- Usted reparará una relación que ha sufrido daños, aún en aquellos casos en que todo parecía perdido.
- En vez de sentir vergüenza, usted gana autoestima.
- Usted se sentirá mejor, porque disculparse es terapéutico.
- Sus socios se alegran de saber que usted es conciliador.
“Bueno”, dirá usted, “eso suena bien.
¿Existen parámetros que deba seguir?”
- Discúlpese sin excusas. “No me estaba sintiendo bien ese día” le quita fuerza a su mensaje.
- Discúlpese lo más pronto posible luego de sucedido el incidente. “No permita que su ira le acompañe hasta el ocaso.” Es un antiguo proverbio que continúa siendo vigente.
- Discúlpese personalmente cuando sea posible. Todo sucede mejor cuando ponemos la cara.
- Discúlpese con aquellos que presenciaron el incidente, así como con el ofendido.
- Asegúrele al ofendido, que eso no sucederá de nuevo.
Entonces viene otro paso vital: Perdónese a usted mismo por ese incidente, siga adelante con sus prioridades.
Una vez que usted ha corregido lo que fue incorrecto, libérese del incidente para brindar su completa concentración a otros problemas que necesitan su atención.
Insisto una vez más: Ofrecer una disculpa se encuentra dentro los niveles más altos de la comunicación corporativa.
Ofrecer disculpas de una manera sincera obra maravillas, tanto para quien las da como para quien la acepta.
Artículo traducido y publicado con autorización expresa del autor
Artículo traducido en español exclusivamente para EmpresarioVirtual.com por Monica Yaneth Loeb Willes
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