Lee Iacocca - Lecciones de Liderazgo

Lee Iacocca, el hijo de un inmigrante pobre, se volvió en uno de los hombres de negocios más respetados de Estados Unidos. Desde sus humildes comienzos y pasando por muchas adversidades, trabajó hasta llegar a ser presidente de Chrysler Corporation.

 

Recién salido de la universidad, comenzó a trabajar para Ford Motor Company como estudiante de ingeniería.

 

En la línea de montaje, aprendió todos los aspectos de cómo se ensamblan los automóviles.

Aunque era torpe y tímido, Lee fue ascendido a vendedor.

 

Fue allí donde conoció a un hombre que lo tomó bajo sus alas y le enseñó a Iacocca a ser el mejor vendedor que pudo.


 

En 1956 las ventas se desplomaron en Ford. Iacocca sugirió ofrecer un nuevo Ford  con pago inicial modesto, seguido de tres años de pagos de $ 56. La idea de "56 por 56" despegó como un cohete.

Después de 10 largos años de arduo trabajo, Lee se convirtió en un "éxito de la noche a la mañana".


 

Pronto fue promovido a trabajar como gerente de la comercialización nacional de camionetas de Ford, y luego otra promoción para dirigir el marketing de autos de la compañía.

Sin detenerse allí, Iacocca se propuso desarrollar su propio estilo de automóvil. En 1964, Ford presentó el Mustang.



Los concesionarios de Ford fueron literalmente acosados por personas que querían comprar el automóvil y se estableció un nuevo récord anual de ventas.


En 1970, Lee fue ascendido a la posición más alta posible, presidente de Ford Motor Company, segundo al mando después de Henry Ford II.

Sin querer detenerse en su carrera hacia el éxito, siguió presentando ideas innovadoras y de reducción de costos.

Pero, el problema estaba por venir.


Ford tenía el control, le gustara o no, y le gustaba ejercer ese control cualesquiera que fuesen las consecuencias.

Ford comenzó a preocuparse de que este "hijo de un inmigrante" se hiciera cargo del negocio familiar.

Era el tiempo de rebanar salami en Ford. Y Henry lo hizo una rebanada a la vez. Finalmente, Lee supo a través de un amigo que él también había recibido el hacha.


Bajo los términos de la renuncia, Iaccoca recibió una oficina hasta que encontró un trabajo.

Resultó estar en un oscuro almacén.

Un pequeño cubículo con un pequeño escritorio, un teléfono y linóleo agrietado en el piso.

Para Iaccoca fue como haber sido enviado a Siberia.


No pasó mucho tiempo antes de que le ofrecieran la presidencia de Chrysler Corporation.

No es exactamente una posición cómoda.

 

Chrysler estaba en problemas, un gran problema. El mismo día que Chrysler anunció la contratación de Lee Iaccoca, también anunciaron su peor déficit en la historia.

 

Los asuntos internos en Chrysler eran un desastre. Esta era una compañía que estaba yendo a pique, y yendo allí rápido.

Lee se puso a trabajar tratando de llevar algo de cohesión a la gerencia del nivel superior.

 

Luego contrató a una empresa de relaciones públicas de primera categoría para recuperar la confianza del cliente.

Las cosas aún no mejoraron.

 

Para empeorar las cosas, la economía mundial en 1979 se estaba desmoronando.

 

Los precios de la gasolina se estaban duplicando y los automóviles de importación de bajo consumo de combustible estaban tomando las ventas nacionales.

Chrysler recibió un duro golpe.

 

La compañía de Iaccoca se estaba hundiendo y él lo sabía. Solo había una posibilidad para él.

Acudió al gobierno de los EE. UU. en busca de préstamos para un rescate.

 

El Congreso no estaba impresionado, pero Lee había hecho su tarea. Argumentó que si Chrysler colapsara le costaría al país $ 2,750 millones de dólares en beneficios de desempleo.

Su discurso ante el Congreso de los Estados Unidos fue tan convincente, que Iacocca y Chrysler obtuvieron sus préstamos.



En su lucha por la supervivencia, Lee redujo su propio salario a $ 1 por año. Todo el mundo en la administración recibió un recorte salarial, a excepción de las secretarias, que Iaccoca creía que merecían cada centavo que ganaban.


Luego se hizo cargo de la unión y dijo: "Miren muchachos, tengo una escopeta en la cabeza. Tengo miles de empleos a diecisiete dólares por hora.

No tengo trabajos disponibles a los veinte".

 

La compañía comenzó una campaña publicitaria totalmente estadounidense para promocionar su nuevo K-car de bajo consumo de combustible.

El auto pronto comenzó a venderse como pan caliente.

 

Su persistencia y su actitud de "nunca darse por vencido" y su voluntad de tomar las medidas necesarias para garantizar el funcionamiento de la empresa.

Chrysler pagó los préstamos siete años antes de su fecha de vencimiento.


Lee Iacocca se había convertido en un gran éxito.

Alguna vez dijo:

"Aplicate a ti mismo. Obtén toda la educación que puedas, pero luego, ¡por Dios, haz algo!"



No te quedes ahí parado, haz que algo suceda. No es fácil, pero si mantienes la vista puesta en el negocio y trabajas en ello, es increíble cómo en una sociedad libre puedes llegar a ser tan bueno como quieres ser.

Y, por supuesto, también sé agradecido por las bendiciones que Dios te otorgue ".

 

Créditos:

Traducción: Monica Yaneth Loeb Willes

Fotografía: https://www.flickr.com/photos/22711505@N05/24260443970

 

 

Dave Cole

El Sr. Cole publica un boletín electrónico único, emocionante y divertido que proporciona artículos y contenido sobre el funcionamiento de negocios basados en casa, haciendo y manejando dinero, temas actuales de mercadeo en Internet y sobre vivir una vida de libertad.

Las suscripciones son gratuitas para cualquier parte. Envie un correo electrónico en blanco con PROSPERITY en el tema, o ir a nuestro sitio web y registrarse, además de leer más artículos por el Sr. Cole.Http://www.choosetoprosper.com

choosetoprosper.com